domingo, 29 de diciembre de 2013

Último Domingo del año

En parte comparto tus decisiones.
La religiosidad de tus Domingos,
charlas con etiqueta de café
decididas a preguntar que se bebe
cada uno de su vida, de tu marcha.

Pero hoy es Domingo, y tu cuerpo no está aquí.

Aunque forme parte de la monotonía
de las gotas en la acera, y no sepa
esperar la lluvia el cerco del otoño,
sus hojas secas, su asfalto gris.

En parte entiendo tus decisiones,
La fatalidad de tus palabras,
el hueco de Diciembre en la cama
distante de fiestas y regalos.
-Madrid este año arderá entre sus luces-
Porque puede que el invierno
nos traiga sus regalos envueltos
de tabaco, charol, y tacones rojos.
Tal vez el glamour no sea suficiente
para engañarnos y calmar otro
año de decepciones personales
y fatigas en el retrovisor.

Porque la distancia es algo
que se carga en la maleta
y se lleva por desprecio en los zapatos.

Al otro lado de los viajes extranjeros,
fundados con los ánimos de amarte.


Otro año sin irme, que te vas.

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