lunes, 2 de diciembre de 2013

Hombre sin costumbres

No espero que perdones mis palabras.
Tampoco espero compartir tus manos,
las lecciones de mi cuerpo, tus mañanas
apartada de un sol de ventana
y calles hundidas bajo los pies
del tráfico, del eco ronco del viejo
autobús de las doce.
No espero que perdones mis costumbres.
Las lecciones más apartadas de tu cuerpo.
Mis manos sucias de conductor de autobús
y estos ojos secos tendidos al asfalto.
No espero que vuelvas por esa puerta,
ni tampoco zapatos en el recibidor.
He aprendido a esperar en la parada
la rutina de mis días, lejos.
Encontrarte al final del autobús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario