jueves, 26 de diciembre de 2013

Mira al de enfrente

Hay hombres que son como sentencias,
firmes y siempre dispuestos a la vida
ha aceptarla sin condiciones.
Entonces un día se deshacen.
Conocen el amor y sufren
pierden un amigo y lloran,
caminan una ciudad y se cansan,
viajan sin ti y , sin embargo, te acompañan.
Aprenden a luchar y pierden
afrontando sus tragedias
como una condena pactada y sin sentido.
Siempre hay hombres como sueños.
Hay hombres que aprenden a vivir sin condiciones,
con el peligro de no encontrar nada
y perder todo, aunque no les pertenezca.
Viven en el egoísmo de los espejos,
en sus reinos de cristal
manchados de la dignidad más pobre,
soberbia, impuesta por el hombre para el hombre.
El orgullo siempre quema dos veces,
cuando te miran y cuando te ves.
Voy a romper todos mis espejos.
Porque espero ser un hombre como una sentencia,
sin condiciones.

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