viernes, 26 de octubre de 2018

Señuelo

Hablar con tus huesos
me distrae de la muerte.

Pienso en tus costillas
afiladas apuntando
hacia el centro.

Amortiguando el corazón.

Roe el ombligo
su migaja diminuta.

Amputados al nacer.

Y pienso distraído
en dónde mueren los círculos,
y en lo difícil de atravesar
una pupila sin un alfiler.

lunes, 22 de octubre de 2018

Mitones

¿A qué edad maduran
las luces de las bengalas?

Su parpadeo de garganta.

Un chasquido
 en las muñecas.

Sigo sin domesticar
cuando me apagas
la luz.

Los fantasmas parpadean
siempre llegan tarde,
cuando todo ha sucedido.

También tuvieron su derecho
a decirte que no.

sábado, 20 de octubre de 2018

Bengala

Se asfixia el humo
entre las nubes.

No se agradece su color
y los aviones manchan
distintos.

Una piel endurecida
sin lluvia crece sin un
color contaminado.

Creo que arriba
no existen los pulmones
perforados por huesos ridículos.
La carne es otra,
el sufrimiento es distinto.

Trepa el humo entre colores,
desprecian su aliento
de juventud envenenada.

martes, 9 de octubre de 2018

Glóbulos

Nunca es pacífica
la nostalgia del beso
de dos lenguas de nieve.

Se descompone su herida blanca.

Es como el rumor
acostumbrado del invierno.
Difícil y sin padre.

El insomnio de las perlas,
la palabra nube,
o el fondo eterno detrás
de los glóbulos de un reloj.

Y tus huesos apilados
raspando con los míos.

jueves, 4 de octubre de 2018

Polillas

Explícale
a una polilla
lo que es arder
de noche.

Oscuro, envuelto.
Sin el halo inquieto
de los fallos
fluorescentes.

Todos los autobuseros
tienen el mismo apellido,
una dirección en el pecho
de pertenencia.

Quien viaja por el fuego,
A menudo, y otras no tanto,
intenta secuenciar las chispas
que crepitan.

Hoy el diésel está caro.

Han vuelto a quemar
otra bandera, y la locura
solo radica en lo que prende
una imagen.

Qué desperdicio.

A cuantas polillas podría
domesticar solo con el
odio apagado de una bombilla.

martes, 2 de octubre de 2018

Diente de piojo

Cruzar el silencio
intentando
imitar su sonido hueco,
imberbe, 
de punta aislada
en el párpado 
sin línea
en un oído ajeno.

Ejerce su piel 
como una bandera
renegada,
el embudo de su latido
inconexo.

Todos están aquí
y nada parece extraňo.

Conocen su hambre de palabras.
El tono habitual 
en el que se colapsan
las decisiones.

Ojalá fueras tú
con tu adjetivo fiel
lo que indigesta el aire
y lo llena de comas.

Nunca es blando 
el barro que deja
su pisada y se
arruga preguntado.