domingo, 23 de noviembre de 2014

Ex Ponto

Incunable,
Tomis tierra de Tristezas.

Epistulae ex Ponto.

Ni digno ni útil
en el arte de amar.




martes, 18 de noviembre de 2014

Homo homini lupus est

Salvaje.
Colmillo blanco
descalzo.

El hombre es un lobo para el hombre.

Deshuesado.
Las pieles del frío
vigilan el cuerpo
desnudo del bosque.

Huele a manada.

Reunida la luz blanca
los dientes del león,
el eco del color de la noche
repetido en las paredes
de las lunas.

El oráculo decía nuestros nombres.

Testigo de la tristeza,
las huellas de la nieve
hacen distancia de distancias.
un blanco lleva a otro blanco
y así nace tu color.

Y entonces:
Se hunde el viento
entra su cuchillo
en la madera,
un Norte que no tiene dirección.
Las playas heladas
aquí la arena no es amarilla.
No sabe a sal.

Nacen las ninfas de las piedras.
Horizontes vacíos

Y me pregunto:
¿Qué haces cuando te sientes solo?

Horizontes vacíos.
Líneas de carroña.

Homo homini lupus est.

Mataría por ser tu ropa.
Ahora, ahora.








domingo, 16 de noviembre de 2014

Aut insanit homo, aut versus facit

Teogonía.
Pandora está dentro de la caja.

Prometeo quitándole
el fuego a los hombres.

La verdad diciendo la verdad.

Las formas de los ojos,
cuerpos cíclopes.

Egeo embruteciendo
la memoria de las olas.
Domina el carácter
escúchalo todo
Mare nostrum.

Iras, que son hijas de la Ira.
Helena en el caballo
domando la muralla.

Arde Paris.
Muere exento de sufrimiento,
muere por tu patria,
no confíes en la suerte
corona tus antepasados.

Respétate a ti mismo.
No combatas contra aquel que está ausente.

Enseña a los más jóvenes,
no te canses de aprender.

Piensa en lo útil
domina tu mirada,
no digas lo indecible.

Desea la felicidad.

Nihil sub sole novum.
Forsan et haec olim meminisse iuvabit.






martes, 11 de noviembre de 2014

Γνῶθι σαυτόν

Se abría la carne
desde el interior de la tierra.

Los relojes eternos
de otras manos más pequeñas.

Luces impares.

El olor de acuarela
pintando lluvia.
Impresionismo.
Niebla en tu aliento
monstruos lejanos
de otras piedras.

Huesos de un sólo ojo.
Ambigüedad.

Tu cólera.
Tú, enfermedad.
Tres gracias.

Quitarse la ropa,
a pesar de la antigüedad
del mundo.

Haz uso del arte.
Acepta la vejez.

Conócete a ti mismo.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Vae victis

Constantemente incompleto.

Anacronismo.
Venus diosa, Venus abierta.
Iris cerrado.

Vae victis.


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Acta est fabula

Todo ángel es terrible.

Un cuerpo sin sexo,
en cinta.

Coge el frío con las manos
el invierno de la piel,
piel encima del invierno.

Los años envejecen años.

Haz lo que haces
hagas lo que hagas.

Aunque hagas años
y no sepas que te hacen.
Madura el sexo, terrible.
Un cuerpo inevitablemente
unido a ti, pienso desnudo.
Desabrocho la escarcha
cana a cana.
Muere la lengua
encima de los brazos
de Venus. Vírgenes.
Medicina de serpientes,
de dioses y hombres.

Acta est fabula.

martes, 4 de noviembre de 2014

Deus ex machina

Recuerda:
Esto, también pasará.

Cava tu el nombre
dentro de mis huesos,
los números que apilan
color blanco.

Sacos de carne.

Tiempo haciendo
el tiempo.
Dentro de nosotros.
El flujo malgastado,
su líquido oblicuo
fabricándose en los cuerpos.

Piel haciendo
la piel.
Fuera del resto.

Deus ex machina.

Renacimiento.

Recuerda:
Recuérdamelo.

domingo, 2 de noviembre de 2014

De espaldas

Se quedó su voz en mi garganta.
Anónima, así te conocí.

Te he visto cruzar tantas veces
el vagón, su carga humana
enfrentada contra mí
entre montones y montones
de gente.

Eras aquella mujer de espaldas.

Testigo de los hombres que miraban,
ausente, él, quiero decir, yo.
Apretabas el espacio que hay en los
pronombres.

En potencia de ser, él, quiero decir, yo.
Te miraba de espaldas.

Era aquel hombre.

Sigo siendo ese hombre
que espera que te subas
en tu estación.

Tal vez, hablar, preguntarte.
Decirte, hoy te he vuelto a ver.
Hacia tiempo de ti.
Hace tiempo de nosotros.

Montones y montones.
Gente repetida de gente.

Todos los días miro,
espero ver una espalda conocida.
Poner rostro a un cuerpo
elegido del montón.

Era aquel hombre, yo,
el que estaba de espaldas.

Por eso nunca te termino de ver completa.

Hay razones para no mirarme a la cara.
Una de ellas, puedes ser tú.

La otra se encuentra en el montón.

Gente delgada, en una línea
cada vez más gruesa.
Esperando siempre que aparezcas
en los próximos dos minutos.

De espaldas o apilada en el montón.

Hoy no te vuelto a ver.

Tendré que volver a esperar
a los dos minutos de mañana.

O, a colocarme de espaldas,
de cara a la próxima estación.