miércoles, 15 de enero de 2014

Invierno es tiempo de Enero

Muchas veces me pregunto,
si pensarás en mi, como pienso yo en ti,
como este paisaje de niebla indigente
con sus lagunas blancas, habitadas
ocupando espacio en mitad de nada
a pesar de todo.

Ninguna parte, ni nadie, merece vivir así.
En niebla, sin ningún sitio que poblar
asfixiando el color que dibuja débilmente
la luz alumbrada de una mirada de vagón vacío.

Y así, metro a metro.

Nada la bruma, el blanco
se vuelve absoluto
igual que un  beso sin cerrar los ojos,
y la música cálida de las hojas secas
en solemne compás de silencio,
átonas y como la vocal
más débil de esta frase,
se mecen precipitadamente
desde el empuje sofocado
del grito eterno de un tiempo
atrapado en su propia eternidad.

Volverá a reír la Primavera me decías.

Pero ahora llora el invierno
una espesura amarga cosmopolita
de bufandas sin cuello,
abrigos abrochados,
y gorros comprometidos
con el ocaso de los cráneos.

Volverá a reír la Primavera
por mucho que me castigue este invierno.

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