miércoles, 8 de enero de 2014

Cartas de Verano: La historia de Ana

Hay relaciones que mueren así,
se vencen salpicadas con la salitre
del rencor y el odio de las palabras
dichas en una terraza de verano.

Y así viven en nosotros
con el corazón roto
colgando del cuello. 

Ya son 3 meses sin gritarte por teléfono,
conviviendo con la expresión más severa
del silencio guardado en un cajón,
junto a tu nombre, Ana.
Al otro lado de las líneas,
en una habitación con vistas a tu cuerpo.

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