sábado, 1 de marzo de 2014

Vértigo

Dime una cosa, ¿En que crees que piensan los de abajo?

Te lo digo ahora que desde arriba la perspectiva
el vértigo y las ganas de besar el cristal contra el paisaje
no ofrece ninguna resistencia a mirar desde un mundo vertical.

Te lo digo ahora que te miro como si estando arriba,
la sensación de abismo fuera tan constante como 
mirar la gravedad que cae desde arriba.

Y sin embargo, nunca cae un cuerpo dos veces igual.

Lo sabemos los dos desde el borde que palpita 
por arrojarse contra tus labios, o los míos.

Es curioso suena a suicidio, premeditado, 
y con una alevosía tan cruda como creer
que no sabes como me miras, así,
con ganas de matarte o de besar desde abajo.

Como se besa con los ojos cerrados.

Desde arriba todo parece más sencillo,
saltar sólo es una mala opción si no sabes
dónde puedes llegar a caer, pero un cuerpo
no cae dos veces igual, y esta es la segunda.

Huele como debe oler el salto de los puentes de las ciudades.

Hiede el pólen de los semáforos y los sufridos zapatos
de ciudadanos comprometidos con la causa y el progreso.

No sé como debe saber la sinceridad
pero lo cierto es que tus ojos oyen a los míos.

Y esta boca sorda, no conoce el tacto del sonido.

Vaya parece que todo carece de sentidos
si se besa desde arriba, para abajo.

Como quien besa después de entregar un regalo con los ojos cerrados.

Dime una cosa: ¿En que crees que pienso desde aquí arriba?

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