lunes, 31 de marzo de 2014

Herencia. 3ª Persona

El sudor del sol siempre se pega en mi ventana.

Vivir con la precaución de levantar la persiana
ver que existe una especie de calor transparente
no apacigua el odio de ninguna madre.

Intento quitarme de la piel las manchas de un hogar sucio.

La constancia del polvo es a veces un terror intermitente
almacenado en el cráneo quebrado de las patas de mi mesa.
Los libros y los papeles ahora son parte del paisaje
que el lápiz desafía con un color a herencia pagana.

Ya que yo sólo se heredar lo que me dejan
nunca dejo nada más que mi vacío como regalo.

Alguien habrá que sepa rellenarlo
Alguien habrá que sepa heredarlo.

Prefiero ser triste, a ser un hipócrita.

Firme usted aquí.
Aquí.
Aquí.
Y aquí.

Enhorabuena es usted dueño ya de una memoria.
Espero que sepa darle mejor uso que yo
que sólo se escribir porque perdí todas mis fotografías.

Pero siempre heredo un futuro prestado,
un presente menos lejano
y un pasado que esta ahora aquí conmigo.

Mi herencia es una conjugación tan impersonal.
como que tenga que decir que hay amor
en una continua tercera persona.

Que singular, nunca existe en este verbo una persona  plural.


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