jueves, 6 de marzo de 2014

Homenaje, Marzo

La falda del tiempo siempre describe un beso distinto.

Y es así, como me gusta veros a vosotros,
pálidos cuerpos de un homenaje a Marzo,

No hay tristias en esta memoria
la verdad es que os admiro desde que tengo
uso de razón, aún por un uso desgastado y adolescente.

Queridos Alejandros.

Vuestro ejemplo, es el perfecto ejemplo
de como tener fe, paciencia y dedicación,
a un calendario de agujeros negros.
La constelación repetida que nada
en lo azul que existe en los ojos de la música.

Y es que aquí no suena el silencio.

Los dilemas de las llaves que guardan las esposas
no suenan tampoco a condena o a purga,
lo cierto es que un beso entre vosotros
nunca es como un beso repetido por la experiencia.

Es algo más mitológico como puede ser una ratonera
para habitar cuerpos de plumas y cabezas de león.

Este grifo, es un animal herido pero sigue majestuoso
frente a la delicadeza y dedicación que puede haber
en atestiguar en este aniversario un homenaje
al fuego fatuo que descansa en la amistad
de tal vez un viejo cementerio como es Highgate.

Es como un hada tatuada en la espalda
esperando soportar la magia que encierra
el sueño de una noche de verano.

Cinco veces negada esta oscuridad.
Aprendéis a amar aquello que comparte un mismo nombre
como sois vosotros un mismo nombre sin piel.

Puede que la belleza del infinito repetido de una nana
sea el único motivo digno y piadoso dentro de una colección
de poemas tan horripilantes como las escamas de una orquídea.

Pero si tengo algo claro es que Él, y ella.
Hablo de vosotros Alejandros.

No entendéis la enfermedad que existe en estas hojas.
Y eso es bonito. ¿Sabéis?

Porque vuestros nombres siempre prevalecerán juntos aquí.
A pesar de las comisuras tristes de una orquídea,

A pesar de que yo no quiera tener memoria
y vosotros siempre viváis en este poema recordando
el homenaje de Marzo que merece ser vivido así.

Con la misma esperanza con la que se besa la falda del tiempo.



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