miércoles, 4 de enero de 2017

Técnicas vanguardistas [PARTE1]

En conclusión
y para ser menos exactos
era igual el petróleo
a la llave increpada
que olía a cromatismo.

Una mecha, dos mechas
mecha y media.
Cuarto de mecha
Mecha y tres cuartos.

Y aún así cobraba sentido
aquel animal erguido
y con dientes afilados
como ópalos gangrenosos.

Mecha a mecha,
media mecha,
entera a mecha,
a toda mecha.

El semen polvoriento de la bala
ensucio un cañón todavía
a la mitad.

Media pinta de mecha,
tres quintales y una mecha.

El pelo enmarañado
de aquel color que era
mezclado en la sinfonía
ridícula y áspera de un
ronquido gradual e intermitente.

Se oyen los cañones.

No queda nada con lo que prender
la mecha,

Y la sangre de los buques
hundidos flota viscosa
y negra, y menos dulce,
y pétrea.

Despojos en las pulgas
que consumen las gaviotas
aquel faro no enciende
ningún Sol ya caliente.

Es una mecha que atender

No hay comentarios:

Publicar un comentario