jueves, 19 de enero de 2017

Instant Karma

Te advirtieron que el
sueño pobre y profundo
nunca descansa en las 
manos corregidas.

Que también es de verdad
el dolor de los espejos.

Y la luz fraticida
se ha apartado
de todos sus hermanos.

Si cada mañana;
Descuido mi ropa,
ordeno el alfabeto
desordenado de tus 
cosas tocadas
sin permiso,
sin homenaje,
con la jerarquía dudosa
sobre la que impones
tu cuerpo sobre el mío.
Adivinando todos los mapas,
intentando sujetar el mundo
que se sumerge tras la espalda
en la que hundes tu uña de arena
esperando que nazca un hombre
suave de espuma.

También he crecido con ideas encogidas.

Aquel día mataron a Lennon,
o por lo menos alguna
voz desconocida lo leía
en los periódicos.

Nadie lo advirtió.

La fama hace inmortales a víctimas
que nunca fueron inocentes.

Todavía guardo
algunas balas escondidas
en los calcetines.

Por si alguien me pregunta,
poder decir que yo aquel
día estaba
decidido a cometer
aquel homicidio.

Quería sentirme menos solo.

Sólo quería que alguien
también leyera mi nombre
en algún trozo de papel
mientras cogía una mañana
más indiferente el metro.

Qué raro, lo cotidiano no hace inocentes.

Sólo víctimas, que todavía
no saben que lo son.


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