miércoles, 7 de diciembre de 2016

Rectángulos en círculo

Puede que no comprendas,
como me siento (lector).

Pero escucha atentamente
esta advertencia.

Ninguna ninfa otorga
pétalos en su seno
sin la sonrisa risueña
de los desgraciados
que corren tras ellas
con manos de agua.

Ella, tan pura en su forma.

Su carne huele a hierba después
de llover.

Y siempre llueve en mis dedos
cuando intento tocar con gracia
alguna forma en la que nos imaginaba.

Se convirtió en un saco de espinas
aquel cuerpo lavado de laurel.

Hoy su corona clavada en mi cráneo
hace más sangrante la tranquilidad
con la que se piensa en un cuerpo
desnudo y en desuso.

Ella, dando forma, alimentando
las gotas para que no mojen más.

Lo leías cada vez en voz más baja:
"...Cuántos años aquí, pero en fin, tú eres joven:
de otro, serás de otro, como antes de este beso"

Frecuentemente no es una palabra que me ocurra en absoluto.

Pero el plural de una persona
se mide por la capacidad
de olvidar dónde dejo las cosas
de dudosa pertenencia o voluntad.

Frecuentemente me repito, "No volverá a llover"

El talón enganchado de alguna
cortina nos hace participes
cuando llueve.

Pero escucha esta advertencia lector:
Cuando llueva, intenta estar al otro lado.

Frecuentemente suelen calar las personas.
Pero frecuentemente es una palabra que no me ocurre en absoluto.

Todo se acaba y siempre termina de llover.



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