domingo, 3 de agosto de 2014

Es difícil hablar siempre de uno mismo a los demás

Eres la palabra elegida en una decisión difícil.

Es difícil elegirse a uno mismo
cuando los demás ya han sido escogidos por otros.

Yo te elijo siempre a ti, es fácil equivocarse.

Existen razones para creer que hay palabras obvias:
Amor, soledad, muerte, tú, yo.
Estoy cansado de esto, de la obviedad de palabras fáciles
para expresar mundos tan difíciles.

Tú prefieres el silencio, lo sé, es obvio.

¿Qué vas a decir? acaso importa decir lo que han dicho otros.

Piensa que es fácil ser triste y lejano,
un extranjero poblado de hogares ya habitados,
has recorrido personas y has compartido palabras
difíciles.

Es obvio, decir lo que todos han dicho ya.

Tú, yo, muerte, amor, soledad, feliz, dichoso.

Pero siempre es difícil decir un nombre en un poema.
No es algo sencillo, sólo la persona que lo escribe
conoce la complicación de decir una palabra que diga
todo lo demás, y a la vez sirva para todos los demás.

Me sirves como buen ejemplo de las cosas.

Podría decir, por ejemplo, como te llamas,
o como me llamo yo,
como me llaman los demás,
o como nunca me llamas.

Nunca me llamas Alejandro.

Es obvio, es muy complicado decir mi nombre.
Y todo está dicho ya.



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