jueves, 17 de julio de 2014

Casio

Te sabes el final.
Hemorragia y pilas que no esperan.

Placer es, tocar el pecho con manos que tener,
déjame las tuyas que las mías no valen.

No caben aquí dentro de los dedos
se salen para afuera señalando cicatrices,
y no esperan.

Sangrar es la única fe que te conozco como humano.

Pero, como era de esperar,
te sabes el principio antes de empezar.

Que impaciente eres, cada hora me repites los mismos minutos.

Y vuelves a empezar una y otra, y otra vez.

Te sabes el final, como al principio.


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