jueves, 28 de noviembre de 2013

La pertenencia no es un lugar, es un espacio en la memoria

Pocas cosas me pertenecen ahora.
Aprender a vivir en silencio,
cerrar los ojos,
imaginarte desnuda.
La memoria es un testigo insolente
no perdona al cuerpo, siempre pregunta
las dudas más verdes de tu ojos,
separa el frío más doméstico de tu boca,
y silencio, silencio, siempre ha sido silencio.
Intenté buscarte al sur de mi cuerpo
pero ya no estabas, y aquí siempre es otoño
todo el año, enfermo y amarillo, papel gastado.
Pocas cosas me pertenecen ahora,
Tú me perteneces con los ojos cerrados y de noche.
Yo intento aprender a vivir sin ti de día.

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