jueves, 21 de noviembre de 2013

Azul turquesa, casi beis.

El invierno es un lugar difícil,
siempre cálido en su distancia.

Igual que tu cuerpo, difícil.

Nunca he sido un hombre de palabra,
siempre he intentado evitar
decir la verdad.
Aunque la verdad es, que nunca
he sabido si de verdad he sido hombre.

He sabido tener frío,
hacer la cama después de que te vayas,
aunque sea una decisión privada,
fundada en la intimidad, difícil,
de un hombre de palabras necias
y oídos      .

Entender la vida como un invierno nunca es fácil.

Hay que saber tener frío.

Conocer, la disciplina de las bufandas
y los abrigos obligados.
Habitantes de cuello y cremallera.
Lentas pieles del invierno,
que viven en nuestro cuerpo,
casas vacías de gente
pero llenas de personas.

Nunca se que abrigo ponerme cuando salgo a la calle
ni cuando estoy contigo.

No tengo frío,
Ni disciplina,
Lo juro, soy un hombre de palabra.

Y aquí hace invierno, en el mismo lugar en el que me encuentro todo el año.







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