La cicatriz estrepitosa
de los huesos magullados
aún aúllan en la piel;
Carne empapada
rotada cotidianamente.
¿Dónde está tu gloria
de días colegiales?
Nos crece el polvo
en su dejadez paralítica
e inmensa.
Somos nosotros
en otras experiencias.
Por qué surge la guerra
al hablar en alfabetos
contaminados
de alguna democracia
infantil e inútil.
Cómo quieres que te recuerden
los demás si cuando
el terrón sin endulzar
de alguna lápida anónima
diga en voz alta y silenciosa
tu nombre y no encuentre
más que labios
de moscas diminutas.
Podrán caminar cogidos
de la mano,
el tiempo
sigue enfermando
y no sé da cuenta
de su maldición
antigua y prosaica.
Quién se encargará de matarle
a él cuando ya no quede nada
que pasar.
Eterno dolor cíclico
que grita en las paredes:
``!Auxilio que alguien
me saque de dentro
de
mi mismo¡"
Paciente y poco codicioso
Su padre se alimenta
de su rostro encamado
a los bordes vidriosos,
inquietos y pegajosos
en su pupila de arena.
A veces pienso que
la expresión de matar el tiempo
es en realidad una metáfora
irónica de si misma.
Si pudiera, lo mataría de verdad.
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