-Después de todo aparecieron ungidos en su propia pestilencia;
Aquel cuerpo hundido entre los muslos
cómo desentrañando los buitres cascarrabias que anunciaban
los minutos antes de su muerte.
En ocasiones, se celebra así la soledad, o eso intentaban imitar
el uno del otro.
- Tal vez tu lengua haya contraído, o incluso contrariado
esta enfermedad.
Pero se seguían mirando cara a cara, buscando conocerse ellos mismos
el uno en el otro. El otro en su insalvable y marginal servicio.
El dinero es un trámite para hacer todo más justo,
para sentir que lo que se consiente es limpio.
Y los temas de Bowie, y las rayas de los ojos, y la rabia con la
que se da un beso apretado entre los dientes.
No pararon el sonido amargo de sus gemidos.
-Después de todo, sigue doliendo la necesidad
de sentirse escrito y útil, aunque sea en el cuaderno amigo
y revisado de una historia que fascinados
admitirán: "Que no vale una puta mierda".
Todavía escucho cada nombre y me imagino
como debe ser sentirse Lunes cuando todo ha acabado. [...]
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