jueves, 1 de mayo de 2014

Vigilancia

Mira debajo de la cama hay monstruos dormidos

Hay memoria y polvo debajo del colchón
las historias de la carne y el frío del invierno.

Mira dentro del armario hay ropa sin usar.

Siempre hay un pijama más salvaje,
un botón sin usar,
y un pantalón sin bolsillos.

No me convertiré en una página de la historia ajena.

No seré nunca el nombre de otra persona
que ocupe un lugar distinto en otra piel compartida.

El insomnio es un peso que cae en los párpados
y se comparte en las legañas.

Las habitaciones son librerías de cuerpos
coleccionan una intimidad,
una forma de mirarse debajo de la cama.

Se aprende a dormir por repetición.

Me lo digo una y otra vez.
No sea que los ojos actúen como cicatriz
testigos despiertos de lo que ven
o dejan de ver siguiendo viéndose cerrados.



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