domingo, 11 de mayo de 2014

Femme Fatal

Besas como si no fueras mujer.

Como si el cuerpo fuera un régimen.
Independencia, noir, cigarrillos y tacones.

Traficantes de zapatos y alquitrán.

Bebes igual que besas.
Con el color rojo y sinvergüenza
que afirma la ropa interior.

Me desnudas igual que bebes.
La sed no se puebla igual que el sudor
cuando sujetas una copa menos política.

El glamour compartido de los labios de tu coño
es una caja más negra que la esperanza vendida de Pandora.

Prometeo ya lo hizo una vez y yo desenrosque todas las bombillas.

Deja de joder, no es amor el choque empujado
que te mantiene sujeta a cuatro patas encima de la cama.

Perdón por la brusquedad,
soy un hombre diurno
no entiendo el lenguaje clásico.

Es como si fuera el retrato de un crimen cinematográfico.

Educado fuera de campo
no sea que sientas la necesidad de ver
lo que nadie quiere ver.

No sea que no haya espejo mientras te folle en el baño,
funda, a propósito de mí, todas las bombillas
y la sombra sea una excusa para no saber quien soy.

Sé quien soy, extradiegético, siempre fuera de cuadro,
con la puerta cerrada por si viene Jung a preguntar.

Homme fatale, igualdad para todos.
Hesiódico bíblico y ancestral.

Hasta la más digna se agacha.

No es machismo, es reivindicación,
yo también quiero sentirme más mujer.

Aunque sólo sea, porque ahora me encuentre fatal.


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