viernes, 3 de noviembre de 2017

Antología de una despedida impresa: "Pietà, mio Gesù."

Todos heredan podredumbre
           y un apellido.

    Tal vez el bueno de Jack Knoxville
 sólo heredo un color de piel

 unas manos trabajadas y clandestinas;

         Cuantos laberintos
 botellas, 
                  promesas
   de un sueño lejano,
 en algún antiguo y lejano continente.

Dónde las manchas son más puras

   y nadie hereda algo tan pobre
como el nombre de su padre.

   el aliento de su madre,
               o la vena caliente
de un calibre que silba
   acertijos que atraviesan las sienes.

 Todos no. Jack Knoxville
   no pensaba eso en aquella
noche apartada de sal y olas
     en algún muelle de Atlanta.

Nadie quiere saber las respuestas
de un muerto.

      Se responde a si mismo.

Es un mensaje que cabe dentro de cualquier botella.

 "Pietà, mio Gesù."




               

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