viernes, 15 de febrero de 2019

κειμήλιον

Levantaban hierro 
como si ratones
minúsculos royeran 
el tendón apretado
de los nudos.

El sudor delataba 
 las razones
           de la piel.

Ensancha el chivato
  un puño obtuso,
 arrugado, tachado
en su plenitud.

Ha querido ser fértil
  el infierno
y sólo crecieron despojos.
El calor en sus heridas,
   la sed en sus cenizas.

Se ha refugiado 
       insatisfecha 
 la carne.

Hoy tampoco 
    se ha apilado 
      en lápidas.

Cuántas reliquias lo son
      porque son los únicos 
restos que quedaron. 




 




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