lunes, 13 de marzo de 2017

Episodios Marginales (XIII)

¿Alguna vez te has preguntado
          que necesidad existe
 de un auto cine?

En aparcar y observar
           de retrovisor
      en retrovisor
 a las parejas
                    que no miran
como Ray Liotta se

 enciende un cigarro,
        alarga la raya de coca
o se engomina la cabeza

 mientras que te sientes uno más.

 Eres un buen muchacho
           y ella también es una buena chica

pero todavía no lo sabe.

Y nadie te entiende,

 tampoco cuando fuerzas
sus muñecas,
          irritas su cuello vaginal,
  esa penetración
         mientras un halo
esculpido y sin vida
te mira frente
                      a frente.


 El bueno de Ray esta discutiendo
     algo indiscernible;

- "Desde que tengo uso de razón, siempre quise ser un gánster."

Y ella no lo entiende.

 La eyaculación es casi perfecta,
   dónde debe de ser; dentro de aquel

ponzoñoso,
    hondo
y saqueado agujero.

El público aplaude, tarde o temprano a todos nos golpean.

  Y la gente se agolpa en los cristales,
           se hunde en la carrocería
 y disimulan, siguen observando
   al bueno
                              de Ray.

¿Qué tiene esto de romántico?
Tú eres un Gánster, ¿verdad?

        /Y la muy zorra/
            todavía negará lo evidente/

que era lo que quería/

 y lo que se merecía.

- Debe haber habido docenas
            de Peters y Pauls...
todos
casados
con
Maries.

      No hay nadie como tú y ella ahora
lo sabrá
          después de todo
  para eso se pensaron en los auto-cines

en
   cumplir
     fantasías
sexuales,

en
   ser
espectador
 de tu propia película.

 Y en arrancar una vez que Ray dice esa frase que te encanta:

- /No delates a tus amigos 
            y mantén la boca cerrada./  [...]



 

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