Una vez empeñado perderá todo su valor.
Laura miró su anillo atado
por el fino hilo rojo bordeado
yema
a
yema.
Anular:
Se creía que este dedo
contaba con una vena
directa al corazón.
Una vez empeñado el compromiso
no se
puede devolver.
¿ Puede pesar el amor?
Medirse, en el valor subastado
en deshacer los lazos.
Lo que pesa un machetazo selvático de jaco.
Laura
necesitaba aquella sensación.
Una vez empeñado pasa el valor adquirido
a otras personas.
Por qué eres así, piensas,
Adicta, autodestructiva.
Es un mimo encerrado
en una caja
ahogada imaginada
y triste.
-No sabes amar.
Pero sé que sabes, que en la inyección,
en su dominio persuasivo de la dermis
el juego trampeado de esconder los pinchazos.
Los ojos todavía húmedos de algún
tipo de saliva
piden calentar más las cucharas.
Y
Pálida
Y
Monstruosa
Y
Nocturna.
Nunca fue consciente de que el amor
que importa
El que se empeña
porque le damos un valor.
Habita en el desorden que dejas.
en los cajones saqueados,
los bolsos revueltos,
las maletas sin ropa interior.
Son 200 euros la bondad,
el grado de pureza,
advierte
las perlas
que amarillenta
tus dientes.
- Te quiero. Dijeron tantas veces
personas distintas en momentos
diferentes.
Seguro que ninguna estiró la goma por ti,
te mostró el aprecio
verdadero de la vena sobre
la helada enfermiza
del metal que entra y sale de ti.
Una vez que dices: te quiero
pierdes todo su valor.
Pero nunca
estiraré esta goma por ti. [...]
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