Para Jean
aquellos taxis
eran naves espaciales
como las de aquella película
que no recordaba;
Pero que traían de vuelta
al protagonista a casa.
No importa si invade un país, o dos.
Porque la política es demasiado
exigente para cualquier
amante fetichista que carezca de negocio
o razones,
para ampliar su capital humano.
Y aquellos refugiados no tenían
a dónde volver en su nave espacial.
Nadie les esperaba ya.
Los carteles de los que se cuelgan
las bienvenidas son sólo una palabra
en la fachada.
W (H)eel
E
L
L
C
O
M
E
No eres bienvenido si no eras ya antes de aquí.
Y te trae de vuelta tu cohete. [...]
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