martes, 4 de junio de 2013

Delorian del 72

Cuando leas esto, y sé que lo harás,
quiero que sepas que te perdono.

Que perdono todo este tiempo
sin hablarnos, sin ser nosotros
los mismos,
impresionados por la vida,
la dicha y el tiempo
que compartimos juntos,
que compartiré contigo.

Quiero que sepas, y lo sabrás.

Que esta vida gris por muy dura
que pueda llegar a ser contigo,
es lo único que puedo dejarte,
mi herencia, mi nombre, la memoria.

La conciencia, dispuesta a sabotear
tu felicidad impuesta por los demás
y alejada tanto y tan poco de ti mismo.
Sólo alentará esta indiferencia
por saber vivir, amarte a ti mismo.
Respetar no sólo el valor imperfecto
de un beso, o de un abrazo de despedida,
del miedo de decir te quiero.


Te perdono.

Porque en el fondo sé,
que tus errores son los
mismos que los míos.

Llorar a oscuras en el suelo,
desear la nada que tanto
nos une y nos envuelve
dentro del cálido sentido
que nos ofrece.
Vivir muerto.
Ser algo tan inerte como
las lágrimas que raspando
tus mejillas cuelgan pendientes
tan azules, tan vivas...
Lanzados desde dentro
para morir frente a la inmensidad.

Como tú, como yo, como la vida, como ahora y siempre.

Cuando leas esto quiero que sepas que estaré bien.
que ha pasado mucho tiempo,
que antes tan sólo eran 16 y ahora ya tengo 18.


Cuando leas esto quiero que sepas.
Que con orgullo, seré capaz de admitir,
que pasa el tiempo, tengo miedo,
no sé a dónde me dirijo, y ya no tengo 16.

Pero sigo siendo el mismo.
Como cuando escribí esta promesa.
Con tan sólo 16.

























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