Decidiste el Allende.
Sus gargantas en el
rencor de la esquirla
son heridas tempranas
que empujan fantasmas
atrapados, instruidos
en la lepra del hueso.
¿Crees que encuentra
paz el oxígeno
enterrado en el pulmón
del otro cuando
saquea el beso?
Cuando la luz
incendia los
segmentos de útero,
y también grita:
"yo cuidaré de ti".
Un tajo desnuda
la elipsis.
Alguien recibe
el halo igual de las
pestañas secas de un pincel
más vulgar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario