martes, 27 de septiembre de 2016

Ἔρως / Αντερως

Decían que nevaba,
que solo eran fragmentos
de un Sol blanco.

Su deuda diaria.

Asfixia la forma
en su gota redonda,
perfecta,

El signo de Dios
su palabra estética.

¿De quién es la sustancia
putrefacta? Las hendiduras
hinchadas de piel y lepra.
La gripe en tus ojos
llenos de ácido y agua.

Era una herida vertical
tu cuerpo de espaldas,
mis manos rozando el pulmón
que mantenía fría la nieve.

Decían de ti,que tu cuerpo
era como un banquete,
dando de comer al hambriento
dando de beber al sediento.

Parce mihi, nunquam versificabo, pater!









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