viernes, 27 de mayo de 2016

Cocos

Alarga suave sus dedos la palmera;
Pinta los labios distraídos,
una palabra imita dos figuras
refugiadas, no cabe una sombra
sobre otra.

Es una luna de cerveza.

Un ojo sin círculo
dibuja el sexo.
fotografíado en la espalda.

Primero la mano
Expande la piel expuesta.

69 veces,
Los números igualan
la piel a la altura del muslo.

Mano a mano,
rama a rama.

Fluyó el líquido.
No sabe si es de noche,
O bulevar, o acera.

Derrama una hoja,
se quita la camisa,
pide permiso
y dilata el amor.

Huele a coco.

No comparte el sujetador
con las pulsaciones de su pecho
cuando todavía 
la taquicardia cabe en la comisura
del cuello marrón.

Alarga el cisne puntas huecas,
Cae el fruto
y rueda despacio

Y entonces me preguntas:

¿No odias amar así, lentamente?

Cómo esperando que madure
la piel, se estire la ropa
se recoja el cuerpo.

Caben los dos sucios
debajo de una sombra inexperta.

Un dedo de sal sobre la piel pálida,
Y entonces me preguntas, lentamente.

¿Dónde crecen las palmeras en Invierno?


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