domingo, 22 de mayo de 2016

薬指

Sembró la espina doblada
cuando todavía se agitaba
temprana la sombra del verano.

La mano distraída,
el muslo cálido.

Un dedo sí, un dedo no.

Tampoco yo te conocía,
pero entonces, y ahora;
Un dedo sí, un dedo no.

Nos podría haber tocado
como le toca a cualquier otro.

El alfiler sí, no un aguijón.

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