viernes, 12 de abril de 2019

Lupercales

Cuando conoces
el vértigo  de los
dioses que habitan
el color que arde en
los colores,
y la menudez moja
un jadeo fértil y
estridente.

Languidecen las burbujas
arrojadas que brillan
en el hiato del lucero.

La herencia del barro
no hace más ligera
su edad.

Es una llaga de azufre
brillando en la cúspide
consumida de las bujías.
Se impone humilde de momentos
atrapados en la delgadez
de las tiritas.

Dira neccesitas.
     Dubius sum quid faciam. 




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