sábado, 15 de agosto de 2015

Memoria a la mitad

A lo mejor es demasiado pronto
para la piel.

Cotidiana seda manoseada.
Repetido arado
sembrado.

Mulata.

Flaca nación, naces
con el color de otro
más extranjero,
ajeno.

Una rosa sin viento.

Entonces despunta el hambre,
la mano que da de comer
a tu ombligo
hereda pobredumbre,
memoria.
Una excusa posible
de tu falta de asistencia.

Era fácil fingir entonces
el cuerpo, forzar una
conversación rutinaria,
preguntar, y pedir permiso
antes de una prenda o dos
cuando todavía significaba
la seda tejida mano sobre mano.

-Hoy sigues siendo una persona triste,
   más de lo normal-

Estira débil el cuello,
su lazo dorado,
el cisne dentro de la cajetilla,

Niebla adulta.
Malboro.

-Te he dicho que te vayas,
    más de lo normal-

La resaca salpica todavía dentro del vaso
  más de lo normal.

Es temprano para ser medianoche.

Pero suelo contar mitades,
por si es pronto todavía.

Mitad a mitad.

Heredas el amor de los pobres.
Memoria.

Trozos tempranos de piel a la mitad.










   














No hay comentarios:

Publicar un comentario