Has visto la piel
desnuda de la niebla,
su rumor gris intermitente.
Un ojo por otro,
una mano encima de otra.
Y cae el hueso impuesto,
la obra imperfecta.
¿Quién es joven ahora?
O, quam sancta, quam serena,
Quam benigna, quam amoena
O castilis lilium.
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