lunes, 9 de marzo de 2015

Cereza

Las lágrimas del cuervo
piel de espantapájaros.

Emigró el verano
la resaca del calor
de la cosecha.

Huele seco y despacio
el sudor de un beso.

Vuelve a reír
la mujer descalza
de espalda.

Espiga, corona el laurel,
la victoria de la carne
esclaviza.

De espaldas vuelve a sonreír
la mujer descalza.

Ahora creces distinta,
con otra piel más seca,
ciudadana.

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