miércoles, 3 de septiembre de 2014

Πηνελόπη

Hilandera tejes Invierno.

En el pecho viven las arañas
que pretendes y que cada noche
colorean con frío tu lienzo.

Te deshaces.

Matrimonio de monólogo interior.
Eyaculación mental.

Esperas un regreso de hoy,
ayer seguirás siendo tú.
Fieles a las guerras
de esposos, hermanos e hijos.

Vives de noche lo que asesinan los días.

Eres teatro de posguerra.

Un mito del sexo opuesto,
lo que se opone a renunciarse
a elegir un marido distinto.

Elegiste amar a quién se va de casa y nunca vuelve
y 20 años no son consuelo ni juventud.

Madre homérica. Mujer clásica.

Erotismo de corte y confección
haces la ropa que no conoce
la vergüenza ni el exterior de nosotros.

Ilión tu guerra entre algodones

Seno y hogar. El desnudo por desuso
y mala educación de civilizaciones primeras.

Primera mujer raptada.
Tejes manzanas y discordias
para recordar por qué pierdes,
a quién te debes.

Me lo debes.

Volveré.
Aunque ya no quieras,
aunque no lo quieras,
aunque no me quieras,
o nunca lo hayas hecho.

Te lo debo.





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